Esta majestuosa creación de Carlos Agustín, fusiona la forma geométrica con la profunda simbología religiosa. La cruz roja, que se alza sobre una base blanca, no solo representa el sacrificio de Cristo, sino que también transmite la idea de la humanidad quebrada y redimida. Esta monumental obra, con sus brazos quebrados y su color rojo que se desliza hacia la base, emula la sangre y el dolor del crucificado, invitando a la reflexión sobre la tragedia humana y la redención divina en una expresión visual de poder y transcendencia.