GRIAL, Proyecto de Escultura Monumental
Las esculturas monumentales de Carlos Agustín hablan por sí mismas, el juego de las tensiones geométricas entre los planos superpuestos supone una historia en sí misma, el trazo de la figura en el papel entraña –de por sí- la forja y fundición que proyectará el cuerpo de la escultura.
Tan en el dibujo como en el espacio nos puede parecer que cada nueva escultura es una torre o una serpiente o un cangrejo o un becerro, pero más allá de las semejanzas que puedan encontrarse, que necesitamos para poder relacionarnos con el cuerpo de las esculturas y eso, según donde estemos parados, si le damos la vuelta, se mueve como un signo en transformación que se levanta como una conmemoración de sí misma, vestigio de un mundo futuro que está siempre por desaparecer, una mancha estridente en el paisaje que viene a redefinirlo, sea el lobby de un hotel en Chapultepec o en la plaza del Fortín en el Municipio del Fortín de las Flores, en esa posta legendaria de los viajes que llevaban en los tiempos del Virreinato de la Nueva España el oro y otros metales preciosos rumbo a Veracruz, y de ahí, a España.
Otras serían las historias de los piratas que enfrentaban los galeones, el Fortín fue construido para defender el paso de las diligencias de los salteadores de caminos y hoy es un sitio turístico, desde donde se tiene una vista impresionante del Citlaltépetl.
Las esculturas de Carlos Agustín no necesitan nombre, las líneas que conforman los cuerpos geométricos, entre luces y sombras, bastan para decirlas, pero Carlos Agustín, maestro acerero de la forja y la fundición, les pone nombre de todos modos, para que sirvan de contrapunto –entre forma y signo- y sean, además -en su posibilidad polisémica- un poema.
Le puso Grial como nombre a la escultura monumental que hizo para el Fortín de las Flores en Veracruz. Grial como la copa en la que se supone que fue vaciada la sangre de Cristo después de la crucifixión y que sirvió para una serie de gestas medievales en las que los Caballeros de Mesa Redonda se lanzaron a tierras tan incógnitas como remotas para traerla de regreso y salvar –esto según algunas versiones- no sólo al Rey Arturo sino a su reino, caído en desgracia por los pecados cometidos.
El Grial de Carlos Agustín es una escultura roja construida con rombos que se abren en dos círculos concéntricos cuya forma apela, al mismo tiempo, a una corona, un cáliz, un halo y un becerro. Dice al Grial de la leyenda pero también, dispuesto en este Fortín construido para defender los tránsitos de las diligencias, se convierte en recipiente –ojo entre mundos- del futuro.
Ricardo Pohlenz
Escritor y Poeta
Entre sus libros publicados están Lounge, Cetacea, Bac Kga Mon, Cuc Amo Nga y La vocación de submarino. Buscando la frontera entre poesía y otras disciplinas, se ha dedicado a realizar performances que tienen como base el discurso poético. También propone, a partir de textos e imágenes, extensiones posibles para dicho discurso poético y las posibilidades de lo narrativo.